>OBRA DESTACADA: TERCERA PARTE DE LAS OBRAS DEL PADRE MAESTRO IUAN DE AUILA [1596]

OBRA DESTACADA: TERCERA PARTE DE LAS OBRAS DEL PADRE MAESTRO IUAN DE AUILA [1596]

En octubre de 2012 Benedicto XVI proclamó a Juan de Ávila doctor de la Iglesia, siendo el cuarto santo español en conseguir dicho título, que le reconoce como maestro de la fe para los fieles de todos los tiempos.

En esta ocasión destacamos una de sus obras, digitalizada en el portal Singularis, que se conserva en la Biblioteca del Campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos, la Tercera parte de las obras del Padre Maestro Iuan de Auila, impresa en 1596 en el taller madrileño de Pedro Madrigal. El ejemplar procede de la Biblioteca particular de Dr. D. Luis García-San Miguel Rodríguez-Arango, catedrático de Filosofía del Derecho y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá durante 12 años.

 

Juan de Ávila (1499 ó 1500-1569) fue un sacerdote y escritor ascético-místico, considerado como padre de la literatura mística española por algunos estudiosos. Fue ordenado sacerdote en 1526 y se ofreció para ser misionero en el virreinato de Nueva España (México), pero el arzobispo de Sevilla le ordenó que abandonase esa idea y evangelizase Andalucía, a lo que se dedicó de lleno, y por ello se le conoce como “Apóstol de Andalucía”

En 1531 fue acusado de herejía por la Inquisición, concretamente de Erasmismo por algunos de sus sermones, permaneciendo un año en la cárcel del Castillo de San Jorge en Triana. Durante esa reclusión escribió la primera versión de su obra más célebre, Audi Filia, compendio de ascética del que Felipe II quiso tener un ejemplar siempre en El Escorial. Finalmente fue absuelto.

Además de su labor evangelizadora, fundó numerosos seminarios y colegios, organizó la Universidad de Baeza y animó a la creación de la Compañía de Jesús.

Sus Obras Completas fueron publicadas en nueve volúmenes en Madrid, en la Imprenta Real entre 1782 y 1806.

Pero con anterioridad se había publicado en 1595 en Madrid, en casa de Luis Sánchez, la Primera y Segunda parte de las obras del Padre Maestro Iuan de Auila.

La Tercera parte vio la luz en 1596, en la imprenta de Pedro Madrigal, una de las mejores imprentas de Madrid, fundada en el año 1586 y mantenida por sus sucesores hasta la 2ª mitad del siglo XVII.

Pedro Madrigal se estableció en Madrid en 1586, en la calle de Atocha. Falleció en 1594 y su mujer e hijo se hicieron cargo de la imprenta. En 1599 entró a trabajar en con ellos Juan de la Cuesta, procedente de Segovia. Poco después muere Pedro Madrigal hijo, y Juan de la Cuesta se casa con su viuda, con lo cual pasa a ser el regente de establecimiento, en 1604. Al año siguiente lo haría célebre con la impresión de la edición prínceps de El Quijote.

El texto de la obra que nos ocupa, foliado, está organizado en dos columnas, con apostillas; presenta algunas iniciales orladas y cuenta con algún grabado en madera. Consta de dos tomos en 4º y cada tomo cuenta con portada propia.

Comprende:

  • Tratado sobre el Santísimo Sacramento de la Eucaristía (formado a su vez por 27 tratados y considerado por algunos la mejor obra de nuestra literatura mística)

  • 16 tratados sobre el Espíritu Santo

  • 10 tratados sobre las festividades de Nuestra Señora

  • 1 tratado sobre San José

El ejemplar conservado en la Biblioteca del Campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid está encuadernado en pergamino, presenta guardas rasgadas y las esquinas de numerosas páginas deterioradas. Además, está falto de las portadas de ambos tomos, del colofón y de alguna hoja de preliminares.

Una última curiosidad: a Juan de Ávila se le atribuye el célebre Soneto a Cristo crucificado, una de las joyas de la mística castellana:

No me mueve, mi Dios, para quererte

el Cielo que me tienes prometido

ni me mueve el Infierno tan temido

para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor. Muéveme el verte

clavado en una cruz y escarnecido;

muéveme el ver tu cuerpo tan herido,

muévenme tus afrentas, y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,

que, aunque no hubiera Cielo, yo te amara,

y, aunque no hubiera Infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,

pues, aunque lo que espero no esperara,

lo mismo que te quiero te quisiera.

2021-04-19T20:21:50+00:00 19/04/2021|

USO DE COOKIES

Este sitio web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario.

Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, pero puedes desactivarlas en cualquier momento.

Puede obtener más información en nuestra política de privacidad, ACEPTAR

Aviso de cookies